Siempre he tenido una relación especial con la respiración, se podría decir, una mala relación. De pequeño me diagnosticaron asma y los inhaladores han formado parte de mi historia de vida. La sensación de "no puedo" o "no soy como el resto" siempre me ha acompañado. Me sentía a merced de mi respiración, perdido, confundido y vulnerable. Podía sentirme ahogado dando un paseo, riéndome a carcajadas o a veces porque lo somatizaba. Adivina que pasaba cuando me dejaba el inhalador en casa.
Un día descubrí que yo tenía el poder de controlar a mi respiración y con ello, el poder de controlar mi ansiedad, mi estrés, mi rendimiento deportivo, mi mente, mis pensamientos, mi cuerpo... y más tarde incluso aprendí a como llegar a conocder mi alma, a mi espíritu incluso a otros planos de consciencia.
¿Todos esto respirando? Todo esto sabiendo como respirar en cada momento.
Desde entonces, acompaño a personas a que descubran como su propia respiración les puede ayudar a regular el estrés, transitar por una depresión, reducir la ansiedad, mejorar la concentración y el foco mental, aumentar los niveles de energía, ganar consciencia física y mental y mejorar el rendimiento físico.
Tenemos la capacidad de autosanarnos, de descubrirnos, de crecer desde el interior, de reecontrar y despertar una fuerza que es nuestra. Solo tenemos que detenernos y respirar, observar la mente y sus pensamientos como una propuesta de la realidad, no como una verdad absoluta. Ampliar nuestra conciencia para volver a sentir, a percibir, a ser. A conectar con la persona a la que más deberíamos querer, amar y respetar, a uno mismo. Porque el cambio empieza desde adentro.
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Eterno alumno de: Wim Hof, Patrick Mckeown, Susanna Soeberg